lunes, 26 de mayo de 2008

Maria, Maria-no, Mariano.

Si es que lo lleva escrito en su nombre, han dicho algunos. María no. María, nuestra María más conocida y muchas otras menos conocidas, no representan esta nueva política simpática, de buen rollito. María representa la verdad, la responsabilidad, la honradez. Y es cierto, que con esas virtudes, parece difícil ganas las elecciones. Es mucho mejor ser como el blandy blue, aquella sustancia pegajosa que se amoldaba a cualquier circunstancia, que era capaz de decir hoy una cosa y mañana la contraria, sin que nadie le pidieran explicaciones.

Es cierto, es posible que María, y muchos como ella, impidan a muchos votantes indecisos acercarse al PP, porque dice verdades, y la verdad a veces duele. Es probable que, prescindiendo de figuras como María, los votantes del PP sigan votando al PP, y ganemos algunos indecisos que consideran que todos somos víctimas del confito (léase sin "c", como Pepiño), y que "algo hay que hacer". Es la política del "como sea".

Pues no. Conmigo, que no cuenten. Yo no me acerqué al Partido Popular para ganar unas elecciones "como sea". Lo hice para mejorar la sociedad, para que los principios de libertad y justicia llegaran a todos los Españoles, es decir, a todos los habitantes de España. Y por supuesto que me gustaría ganar las elecciones. Pero si el precio a pagar es olvidarme de mis principios, prefiero olvidarme de las elecciones.

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