lunes, 28 de julio de 2008

El alcalde de Mijas no se entera

Y es que los muchos ciudadanos de la Costa del Sol, que sigue viviendo del turismo ante la incapacidad de nuestros políticos para conseguir alguna industria diferente, necesita agua para vivir. Y por favor, dejemos ya de decir que el agua la gastan los campos de golf, porque sencillamente no es cierto. Necesitamos agua para beber y lavarnos, no solo los residentes, sino también los turistas, ya que ellos sí pueden elegir y marcharse de vacaciones a otro sitio. Por eso, señor alcalde de Mijas, los mijeños queremos agua. Y no ahora, sino desde hace ya muchos años. Aunque el municipio de Mijas y el gobierno autónomico siguen mirando a otro lado, hubo un gobierno nacional (gobierno de España dicen en la TVE-1 que ya no se ve en Cataluña ni en Euskadi), que hizo un plan hidrológico nacional, para toda España, que se basaba en dos acciones fundamentales: compartir el agua existente, y aumentar el agua embalsada. Nada más social que compartir los recursos naturales y, además, aumentarlos con el mínimo coste económico y medioambiental. Ya sabemos lo que hizo el gobierno siguiente: se cancela el Plan Hidrológico Nacional, y se hace un "desvío provisional a Barcelona" , pues incluso salió en el telediario que tenían una piscina vacía. (Qué tragedia, Dios Mío).

En Mijas, ahora se propone una desaladora, que producirá el agua a un coste económico mucho mayor, y a un coste ecológico imprevisto (porque ni siquiera se ha previsto). Ante ésto. ¿Qué opina la gente de Mijas?

En primer lugar, hay que tener en cuenta las ventajas e inconvenientes de cada acción. Si bien una planta desaladora genera en teoría agua indefinidamente, lo hace a costa de un consumo eléctrico muy grande, y acumula toda la sal en el mismo sitio. Por el contrario, el recrecimiento de las presas en las cuencas donde se tira el agua al mar es una obra de una sola vez, con un escaso mantenimiento, que permite que el agua genere electricidad, y a la vez la almacena para el consumo humano. Dependiendo de la orografía del terreno, una u otra medida son las más adecuadas. Por ejemplo, es lógico pensar que en las islas debe haber una desaladora, y es incluso más lógico pensar que en un rio como el EBRO, que ha inundado por cierto todo el recinto de la Expo este mismo año de gran sequía, haya presas que regulen su tránsito, o incluso trasvases a otras cuencas deficitarias que compartan el agua de todos.

¿Y en Mijas? Pues en Mijas, y en general en toda la Costa del Sol, la importancia de garantizar el suministro de agua debe impulsar 3 medidas básicas:

* Aumento del agua almacenada, recreciendo las presas ya existentes, y conectando las cuencas del éste y del oeste de Málaga.

* Construcción de la segunda desaladora, pero cuando tengamos los terrenos, pues no queremos que se repita la historia de Gil, que hizo la desaladora donde le vino en gana.

* Depuración de tercer ciclo de las aguas residuales, y su uso en el campo (cultivos, campos de golf, riego en grandes zonas).

No se trata de estar a favor o en contra de la desaladora, se trata de estar a favor de una política de agua con sentido común, pensando en todos y orientada al largo plazo. La política cambiante, siguiendo solo criterios oportunistas y con falta de previsíon, solo ocasiona un gasto económico incontrolable (ya hay apuestas de que la depuradora de Mijas costará mas del doble de lo previsto), además de un coste de oportunidad enorme. Necesitamos políticos que ofrezcan soluciones, no que se dediquen a criticar a la oposición cuando decimos que no nos gusta lo que hacen.

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