viernes, 2 de noviembre de 2007

Otra verdad incómoda

Sería bueno comenzar diciendo que la sentencia del 11-M, como cualquier otra, se limita a juzgar a aquellos que la fiscalía acusa de un delito, en virtud de la instrucción de un juez distinto. Si el relato de la fiscal valeyá (no recuerdo su nombre, lo siento) era incoherente en sí mismo, la sentencia deja numerosos agujeros del color rojo sangre.

¿Quién compró los móviles que se utilizaron en el atentado? Sabemos que fueron 2 personas, españolas, no identificadas.

¿Cómo llegaron a la estación? Dicen que 3 de ellos en la Renault Kangoo. ¿Y los demás? ¿es que no hay cámaras de comercios ni bancos en esa zona?

¿Qué pasa con el Skoda Fabia? Si ya no es una prueba, ¿por qué no se investiga quién lo puso allí y con qué fín?

¿Es una coincidencia que el mismo día, alguien de ETA hiciera el mismo recorrido con una furgoneta con 500 kilos de explosivos? ¿Eran también robados de Mina Conchita? ¿Podemos saber su composición? Es curiosidad simplemente, ya sé que no han aparecido pruebas de una relación de ETA con este atentado.

¿Por qué quemaron el cuerpo del geo Torronteras? ¿se trataba de evitar una segunda autopsia por si aparecia lo que no debía aparecer?

Y, sobre todo. ¿Quién puso de acuerdo a toda esta chusma, les dió dinero, instrucciones y organizacion para hacerlo? ¿y por qué lo hizo? Si no se investiga quién y por qué, se puede volver a repetir

En lo único que estamos todos de acuerdo es en evitar que esto vuelva a suceder ¿verdad? Pues la policía no deberia parar hasta descubrir quien lo organizó. Es su deber, y nuestro derecho es exigirlo.

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