lunes, 5 de noviembre de 2007

Así lavaba, así así.

Así se lava el tren del Ave en el valle de Abdalajís, pueblo de la provincia de Málaga. Y así llevan tirando agua DOS AÑOS, pero ni el alcalde (adivinen de qué partido), ni los periódicos progresistas de la parte no portuguesa de la península iberíca se han atrevido a sacarlo hasta ahora. En plena época de sequía, con restricciones en media España, hemos estado perdiendo 300 (sí, como los de las Termópilas) litros por segundo. "Ahora se pierde menos", dice el alcalde, que se queda tan fresco. ¡Cuántas manifestaciones nos hemos ahorrado, gracias a que no se podía achacar al PP esta fuga! Si Al Gore lo supiera, ya nos hacía comprarle otro documental. Esto sí que es una verdad incómoda, por mucho que la oculten.

Pues no se trata de un túnel de lavado, como parece a cualquiera que pase por allí. Se trata de una fuga. Y hoy, tenemos a dos andaluzas en el candelero: una que va a ver el nuevo edificio del aeropuerto de Málaga (del avión a la torre de control, ida y vuelta sin mezclarse con la chusma, esa que paga el el PP para que critique sus bondades), y otra que va al túnel de lavado a ver cuánta agua se pierde de verdad. Adivinen a qué partido pertenece cada una, y sabrán quien se preocupa por los andaluces.

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