lunes, 5 de noviembre de 2007

Un presidente de verdad

Los franceses tienen claro lo que esperan de su presidente: que no se avergüence de ser el presidente de todos los franceses, que lleve con orgullo el nombre (y el himno, y la bandera) de Francia, y que luche por ellos. Como decía nuestro código de comercio, con la diligencia debida de un buen padre de familia.

Y ha tenido que venir Sarkozy a darle una lección al presidente español. Ha cogido su avión, se ha plantado allí donde había un grupo de franceses con un problema, y lo ha solucionado. De paso, se ha traido en su propio avión a las 4 azafatas españolas. ¿Y Zapatero? Pues sí, ha aparecido, justo a tiempo para la foto del aeropuerto. He ahí la diferencia entre un presidente merecido y un presidente por accidente.

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