miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿De verdad que la ONU sirve para algo?

Recientemente hemos sabido que España se comprometió hace unos meses a pagar 7,5 millones de euros (mas el 10% en caso de necesidad), para renovar una sala de un edificio de la ONU, donde van a caber unas 750 personas sentadas. Es decir, nos va a salir la silla a unos 10.000 euros cada una. Poco es, dirán ustedes, para los sillones que suelen comprar algunos políticos locales, siempre con el dinero de otros. Y ciertamente, el escándalo no está sólo en este asunto, sino en que gran parte de este dinero, en torno a los 6 millones de euros, van para el “artista” Miquel Barceló, que ha pintado el techo de ese salón.

Y efectivamente, muy artista hay que ser para embolsarse, por supuesto sin previo concurso, criba, oposición o comparación, más de mil millones de pesetas por pintar un techo. Además, dicen los críticos, Miguel Angel pintó la Capilla Sextina a mano, pero este tío lo ha pintado a pistola. Efectivamente, en las fotos disponibles se ve al artista, bien protegido por su mono, con una pistola de pintura apuntando al techo, en plena faena creativa.

Artista es una palabra que se queda corta para definir las habilidades de este señor. Mago de las finanzas le queda mejor. Y es que, como este mismo artista decía hace poco, con Zapatero entramos en un mundo lleno de esperanza.

Si el ministro Bernat Soria ya quiso dar el Nobel a Zapatero, imagínense lo que daría Miquel Barceló. Aunque bien pensado, este es uno de los pocos artistas que no cobran del canon de la SGAE, ni hace películas subvencionadas, ni convoca seminarios sobre el cambio climático, ni siquiera edita una revista que le puedan comprar las autonomías amigas. Con este encargo, ya deben quedar pocos de los que guiñaron la ceja a ZP que no hayan recibido alguna compensación.

No obstante, lo más triste de todo esto es que se han cogido 500.000 euros del Fondo de Ayuda al Desarrollo para pagarle al artista. Calculen cuantas vacunas se quedan sin poner o cuantos niños se quedan sin comer. Según los cálculos de la propia ONU, con un dólar al día se puede dar de comer a una persona en el tercer mundo. Esto da para alimentar a 1.369 niños durante todo un año. Espero que Barceló, cuando se vaya a la cama, sueñe con 1.369 niños mirándole a los ojos y preguntándole por qué.

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