miércoles, 12 de mayo de 2010

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Durante los tiempos de bonanza, mientras la hormiga trabajaba y ahorraba para el invierno, la cigarra se dedicaba a celebrar fiestas y comprar amigos a base de darles dinero: que si unos cientos de millones a los sindicatos, que si otro tanto a los empresarios, que si ahora 400 euros a los ricos, que si 2.500 a las embarazadas, que si “lo que ellos pidan” a los catalanes, etc, etc.

Pues llegó el invierno, y nuestro presidente seguía igual: que si 8.000 millones a los griegos, que si cientos de millones para las asociaciones de memoria histórica, que si cientos de miles de euros para los gays y lesbianas de Zimbawe o la cura genética del pie zambo en el Congo, sin olvidar prestamos al oasis de libertad cubano, o al paradigma democrático bolivariano.

Ya lo habían dicho, desde el famoso debate Pizarro-Solbes en 2008, desde los partidos políticos hasta el banco de España, desde las asociaciones de cajas de ahorro hasta los gabinetes de estudio de los bancos, lo había dicho el Fondo Monetario Internacional, las agencias de calificación, los grupos de estudio, los profesionales y hasta los aficionados. Lo habían exigido en la Unión Europea, tanto los políticos como los banqueros. Pues no, don Erre que Erre, versión juvenil de Paco Martínez Soria, seguía empeñado en mirarse la propia ceja en vez de ver un poco más allá.

Y ha tenido que venir el Oráculo de Washington, a cantarle las 40. Efectivamente, 40 días es lo que le queda a España antes de suspender pagos si no puede hacer frente al próximo pago de deuda internacional. Lo que ha desecho en 6 años, lo va a tener que arreglar en 40 días. Pues ya solo nos queda, además del billete de avión a Uruguay, desearle a nuestro presidente eso tan manido de “Buenas noches..... y buena suerte”.

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