martes, 1 de febrero de 2011

El alcalde que no fue.

Llegó a destiempo, como el tapón que se intenta poner a una botella de champán ya abierta. Aguantó lo que pudo, a pesar de que no fue el pueblo quien le eligió, sino el egoísmo de un alcalde que puso precio a su honradez, y la cobardía del número 2, que reconoció que en la retaguardia se vive mejor. Salió, dicen, por dolor de corazón, que no podía soportar más la presión de las burbujas, que es como se llama a la gente que aspira a subir en las listas electorales a base de aire.

Gris es la palabra que mejor le define. Sin pena ni gloria, dirán otros. No, su nombre no se escribirá en letras de mármol en la historia de Mijas, y su partido le dejará al margen de otras prebendas. Volverá a su colegio tranquilamente, y con un poco de suerte se jubilará a los 60 con la pensión máxima.

¿Y Mijas? Hace ya tiempo que el socialismo dio Mijas por perdida. El que fue uno de los pueblos mas ricos de España cuenta ya por cientos los pleitos de acreedores, hartos de esperar ese dinero que nunca llega. Y esta parece ser la gota que ha colmado el vaso, pues los bancos ya no dan tan fácilmente los 25 millones de euros que necesita Acosol para la encomienda de gestión de una sociedad que no produce beneficios, y cuyos ingresos solo pueden decrecer, tras los años dorados.

Se va nuestro alcalde, vuelve a su puesto de enseñante, quizá la mejor profesión del mundo, siempre que uno sepa mas que el alumno, y disfrute compartiendo esos conocimientos. Una pena que no haya sabido manejar Mijas mejor, no ha sido capaz de sacar la revisión del PGOU adelante, no ha sabido encontrar una solución a las irregulares, el Parque Empresarial sigue sin licencia para construirse, hacer el hospital que la Junta no quiere pagar nos costará soportar un nuevo barrio de 6.000 viviendas en zona inundable. Eso sí, se va con la conciencia tranquila de haber hecho funcionarios a un 25% de los contratados por el anterior régimen, siguiendo siempre los méritos de amistad y parentesco, mucho más sólidos que los de preparación y capacidad, ya pasados de moda.

Se va nuestro alcalde, al fin, con la tranquilidad de saber que no faltarán 6.800 euros diarios para que la 3.40 televisión y el Mijas Semanal sigan loando su gestión, y la de su sustituta al frente del PSOE de Mijas, que casualmente es la consejera delegada de la citada televisión. Mas le valdría tener un nombre laico, limar las asperezas entre su grupo, y capitanearlo como el Cid hacia la derrota del 22 de Mayo. Un puesto en la Diputación bien vale perder una guerra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí señor, toda una radiografía socio política en pocas líneas.
Enhorabuena Guerrero número 13