lunes, 8 de septiembre de 2008

Mis muertos, tus muertos, los muertos de todos

Siete meses después de que unas obras en el cuartel de la Brigada Paracaidista en Alcalá de Henares dejaran al descubierto una fosa común con restos óseos de la Guerra Civil, seguimos sin saber nada de nada.

Garzón no ha ido en helicóptero con las cámaras de PRISA a preguntar, la asociación para la memoria histórica solo estudia muertos republicanos (hicieron un análisis de ADN visual y ya supieron que no eran “de los suyos”), y el ministerio de defensa está muy ocupado con los nuevos uniformes de las “soldadas”.

Pero yo sí estoy a favor. Claro que estoy a favor de que se sepa la identidad de todos los muertos en la guerra civil. Y a ser posible, también quién los mató, por qué, y quién lo ordenó. Durante la guerra, pero también antes y después. Siempre.

Lamentablemente, la justicia no tiene medios infinitos, y habría que establecer prioridades. Por tanto, creo que primero hay que coger a los asesinos que andan sueltos por ahí (comenzando por los que hay en España), ya condenados pero en libertad provisional porque necesitan libertad para quedarse embarazadas, o porque han hecho cursos en la Universidad del Pais Vasco que casualmente no existían en las fechas en que los han hecho.

Luego habría que terminar la investigación de los asesinatos recientes, comenzando por Rocío Wannikoff (la sentencia dice que hubo 3 personas que al menos participaron en el crimen), y por supuesto siguiendo por lo del 11-M, ya que todavía no hay ni una sola prueba de quién colocó las bombas en los trenes, ni una sola de las cientos de cámaras de seguridad los captó. Un poco raro, ciertamente.

Y luego, si nos sobran medios, prefiero enjuiciar a los dictadores que siguen en el poder, antes de los que están ya en su casa. También intentaría que la gente pudiera salir de sus paises si quieren, que tuvieran libertad para elegir el canal de televisión (si llegara más de uno, claro), e incluso libertad para tener el número de hijos que quieran y puedan cuidar.

Y a Garzón, solo habría que pedirle que dedicara un poco de tiempo a los asuntos que ya tiene sobre la mesa, antes de meterse en otros nuevos, sobre todo cuando él es juez (supongo), y como juez debería saber que esos delitos, si existieron y el criminal estuviera vivo, ya habrían prescrito. Esta es una labor que el gobierno debería llevar a cabo, ayudado por historiadores, inmediatamente después de hacer todos los hospitales, escuelas, guarderías, y viviendas que faltan, meter a todos los delincuentes en la cárcel, y crear puestos de trabajo para todos. El día después, justo el día después, es cuando el gobierno debería ponerse a hacer ésto. Pero no el día antes.

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