miércoles, 13 de agosto de 2008

Cambio ascensor por ambulancia

Este es el anuncio que el pueblo de Mijas ha puesto en todas las conversaciones posibles del verano. Varios miles de personas que residen en este maravilloso lugar, la mayoría de ellos por encima de los 65 años, y muchos extranjeros, temen la posibilidad de sufrir un accidente o una enfermedad que necesite cuidados urgentes, ya que solo hay un consultorio de salud (por supuesto sin quirófano, ni medios para hacer una radiografía o un análisis de sangre), y abierto solo en horario de oficina. Para cualquier cosa, deben trasladarse al ambulatorio de las lagunas, donde las 37 sillas de la sala de esperas de urgencia suelen ser insuficientes para el ambiente que se disfruta allí. Y eso sólo en el caso de que uno tenga coche propio y pueda conducir, porque si espera una ambulancia, más vale que lo haga sentado o incluso tumbado.

Mientras, el jefe de los servicios médicos, sociales y asistenciales, cargo creado por él mismo cuando fue alcalde, al que sólo se presentó él, y al que luego subió el sueldo incluso antes de empezar a trabajar, ha reclamado en todos los foros posibles un aumento de los medios asistenciales. ¿saben cuál es su reclamación estrella? Un ascensor. Sí, quiere un ascensor para subir de la planta baja a la primera, sobre todo para él mismo. Olvida Don Agustín que los mijeños están acostumbrados a subir cuestas y escaleras, ya que de otra forma no podrían vivir en Mijas. Estas cosas solo se le ocurren a un antequerano (¿antes qué era?, que piensa en sí mismo y no en su pueblo.

Por eso, la gente de Mijas cambia un ascensor por una ambulancia, mientras aconsejan a Don Agustín que suba las escaleras a pié, que es un buen ejercicio para el corazón, que como el valor en la mili, se supone que tiene.

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